Una de las causas fundamentales de des- igualdad social que soporta la mujer es la maternidad. Desde el mismo instante que se convierte en madre se produce la primera desigualdad en derechos y oportunidades para su desarrollo.
Aunque procrear sea considerado como algo natural para la mujer, no se tiene en cuenta el alto coste personal que supone para ella. Las madres acarrean una sobrecarga debida al desgaste físico y emocional que soportan por atender, cuidar y educar a sus hijos.
La imposibilidad de que los hijos durante un período prolongado puedan valerse por sí mismos sitúa a la mujer –y especialmente en los países menos desarrollados– en una posición de dependencia durante años. El tiempo que precisa para el cuidado doméstico y familiar en la nueva situación cambia totalmente su vida.
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