jueves, 21 de septiembre de 2023

La carga del trabajo doméstico

    El tiempo que dedican las mujeres a los trabajos del hogar restringe notablemente sus posibilidades de desarrollo personal a todos los niveles, mermando sus opciones de integración en el mercado laboral y limitando o anulando su participación en la política y en la sociedad. Ocuparse de estos trabajos domésticos y de cuidado familiar, aunque su- pone una contribución importante en la economía de los países, las discrimina dejándolas al margen de las medidas de protección social indispensables para la satisfacción autónoma de sus necesidades.

    La abrumadora carga del trabajo doméstico es un factor estructural de desigualdad entre hombres y mujeres, ya que supone que ellas no dispongan del mismo tiempo para el aprendizaje, la especialización, el ocio, la participación social y política o el cuidado personal. A la vez, implica mayores dificultades para insertarse trabajando fuera del hogar, lo que les obliga a tener que enfocar su actividad laboral remunerada hacia trabajos poco valorados y mal retribuidos.

¿Tradición o sometimiento?

    El uso del velo por parte de las mujeres musulma- nas en el siglo XXI se ha convertido en una cuestión clave en materia de emancipación y de identidad. Para muchas es el recordatorio de su opresión, de su sometimiento y luchan por vencer la resistencia y participar abiertamente en la vida social. Para otras constituye un emblema, el símbolo del renacimiento religioso y cultural que vive el mundo musulmán.

    El debate sobre su utilización no solo está presente en las sociedades europeas, sino que es materia de discusión en el seno de las comunidades musulmanas.

    En cualquier caso la polémica está servida. Por un lado están los aspectos legales, por otro todo lo relacionado con la manera de afrontar el asunto en las diferentes variantes de las religiones islámicas y por otro todas las dudas que entraña su uso, sin- tiéndolo como un signo de rebeldía contra el colo- nialismo occidental, como una forma de rechazar la globalización cultural que se impone en los países musulmanes, o bien considerando que llevar el hiyab se ha convertido en una moda, una forma de airear con orgullo una vestimenta especifica de una identidad y de ser actual sin contravenir las tradiciones.

Maternidad y desigualdad

 

Una de las causas fundamentales de des- igualdad social que soporta la mujer es la maternidad. Desde el mismo instante que se convierte en madre se produce la primera desigualdad en derechos y oportunidades para su desarrollo.

Aunque procrear sea considerado como algo natural para la mujer, no se tiene en cuenta el alto coste personal que supone para ella. Las madres acarrean una sobrecarga debida al desgaste físico y emocional que soportan por atender, cuidar y educar a sus hijos.

La imposibilidad de que los hijos durante un período prolongado puedan valerse por sí mismos sitúa a la mujer –y especialmente en los países menos desarrollados– en una posición de dependencia durante años. El tiempo que precisa para el cuidado doméstico y familiar en la nueva situación cambia totalmente su vida.

Tercera sección



Una tercera sección (Países) la componen dos apartados. Por un lado son seis imágenes enmarcadas de 50x50 cm en las que por medio de una fotografía y un texto se pone de manifiesto algún aspecto llamativo de la situación de la mujer en países como Sudán, Kirguistán, Benín, Indonesia, Irán e India. El otro lado, lo componen 4 tiras fotográficas, cada una con 4 imágenes de India, Egipto, Benín y Sudán relacionadas con alguna situación que pone evidencia la precaria situación de la mujer en estos países, acompañadas de pies de foto que remarcan (en ocasiones con datos estadísticos o numéricos) estas diferencias entre hombres y mujeres.

Segunda sección

 

Una segunda sección (Aspectos), está a su vez compuesta por 3 apartados diferentes relacionados con el tema de la desigualdad de género: “Maternidad y desigualdad”, “¿Tradición o sometimiento?” (en relación con el uso del velo islámico) y “La carga del trabajo doméstico”. Cada uno de estos apartados está presidido por una fotografía, acompañada de un texto explicativo, y dos tiras fotográficas con 4 imágenes en cada una.

Primera sección

 

La sección se engloba con el denominador común del "0bjetivo 5" de la Agenda 2030 aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas,  que no es otro que lograr la igualdad entre géneros en el mundo y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas para esa fecha. Concretamente son situaciones relacionadas con la prostitución, la maternidad infantil, las diferencias sociales o la invisibilidad física que provoca una forma determinada de vestir.


Se trata de un conjunto de seis fotografías extraídas de un trabajo previo titulado "Fotos escritas a mano" relacionadas con el tema de la mujer, en el cual las fotografías se acompañan de un texto que pone de manifiesto el punto de vista del autor en el momento en el que acciona el disparador de su cámara fotográfica.









Estructura. Las tres secciones

 

   Una primera sección denominada “Objetivo 5” está formada por imágenes recuperadas de un trabajo anterior titulado “Fotos escritas a mano”, en las que queda patente la sensación del fotógrafo en el momento de apretar el disparador de la cámara acerca de ese papel subordinado y discriminatorio que se le otorga a las mujeres en diferentes lugares del mundo. Concretamente son situaciones relacionadas con la prostitución, la maternidad infantil, las diferencias sociales o la invisibilidad física que provoca una forma determinada de vestir.

    Una segunda sección la componen 3 apartados diferentes relacionados con el tema de la desigualdad de género: “Maternidad y desigualdad”, “¿Tradición o sometimiento?” (en relación con el uso del velo islámico) y “La carga del trabajo doméstico”.

    La tercera sección la componen dos apartados. Por un lado son imágenes enmarcadas en las que por medio de una fotografía y un texto se pone de manifiesto algún aspecto llamativo de la situación de la mujer en países como Sudán, Kirguistán, Benín, Indonesia, Irán e India. El otro lado, lo componen 4 tiras fotográficas, cada una con 4 imágenes de India, Egipto, Benín y Sudán relacionadas con alguna situación que pone evidencia la precaria situación de la mujer en estos países, acompañadas de pies de foto que remarcan (en ocasiones con datos estadísticos o numéricos) estas diferencias entre hombres y mujeres.

Enfocando a la mujer silenciada. Con el objetivo 5.

Ser testigo objetivo de una realidad a la que ha tenido acceso o ejercer como notario que levanta acta de un hecho puntual es algo inherente a la fotografía, una característica que no perderá nunca. Pero la fotografía no es ni puede ser únicamente una fotocopia de la realidad.

    “Enfocando a la mujer silenciada” es un trabajo basado en la propia experiencia. Después de haber fotografiado en diferentes países las acciones cotidianas que la mujer en ellos realiza, es fácil constatar que en este mundo globalizado se le sigue otorgando un papel secundario. El trato es discriminatorio y la desigualdad evidente.


    Captadas esas escenas y siendo conscientes del camino por recorrer, es cuestión de divulgarlas, de airearlas como crítica para denunciar que, a pesar de los innegables avances realizados a nivel global, el sistema sigue otorgando a la mujer el mismo peso y los mismos roles de siempre. Se trata de sacar a la luz a la mujer invisibilizada a largo de la historia, para poner en evidencia lo que sigue siendo la sectaria realidad social de este siglo. Hacerlo con el objetivo 5 no es tratar de materializarlo utilizando el objetivo fotográfico más adecuado para esa labor, es acercarse al problema enfocándolo con el objetivo 5 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015, que no es otro que lograr la igualdad entre los géneros.

Objetivo 5. Sin ganas de sonreír